Podía suceder… y sucedió. Ya no somos, Made in Menorca, el único equipo invicto como local. El estrecho margen que separa la victoria de la derrota en una competición tan igualada como la Liga EBA nos había sonreído hasta la fecha en casa. Y en esta última ocasión, la décima cita ante nuestra afición, tocó cruz. El Arenys nos derrotó con una mejor gestión y acierto de sus recursos en las posesiones definitivas (81-82).

Propuesta física del adversario catalán, filial del Joventut de Badalona, que conseguimos equilibrar por momentos, aunque pagamos la pronta carga de faltas de Jan, un triple castigo en forma de faltas técnicas y los 21 rebotes ofensivos que generó el Arenys y que a la postre fueron decisivos en el desenlace de la contienda, así como el bombardeo desde los 6,75 metros de Aritz Tomàs (6/11), que no por esperado alcanzamos a evitar.

El partido careció de ventajas amplias y la alternancia fue la tónica. A nuestra buena salida (9-3) contestó a golpe de triple el quinteto de César Saura (10-13). Nuestra mejor racha anotadora (8-0, para 18-13) no tuvo continuidad, puesto que el partido transcurrió por el carril de la tosquedad y a caballo entre el primer y el segundo cuarto el Arenys alcanzaba su máxima renta en todo el partido (21-24, parcial de 7-0). Sin embargo, el coste anotadora era elevado. Un gran esfuerzo global –con Vargas desequilibrante de ‘4’- que no obtenía su contraprestación en el aro contrario. Prácticamente a canasta salía cada rebote ofensivo catalán, que alcanzó el intermedio con ventaja mínima (41-42).

A puntos no íbamos mal. En el tercer acto Ángel Piedra e Isma Fernández se sumaron a la producción de Pitu y Vargas. Pero no existía la consistencia y continuidad suficiente para elevar la diferencia más allá del 61-57. Chris Turnquest, con 9 puntos, había aplacado las ansias azules. De hecho, fuimos por delante durante muchos minutos, pero faltó la puntilla, que hubiese sido suficiente con ‘estirar’ el marcador hasta un +8, sin muchas pretensiones.

Pero el Arenys jugó sus bazas y consiguió el acierto mínimo necesario para hacer saltar la banca. Tres triples liberados de Tomàs y un par de rebotes ofensivos de Turnquest nos sentenciaron. Hubiera bastado con paliar un par de estas situaciones y otro gallo hubiera cantado. De hecho entramos igualados a 78 en el último minuto, pero algún día habíamos de quemarnos.

La próxima jornada nos depara otro exigente desplazamiento a la pista de un Collblanc también herido, por su tercera derrota consecutiva y por haber caído con rotundidad ante el Martorell (89-59). Nos esperan el domingo a las 16.30 horas en el Pavelló Municipal Fum d’Estampa. Derrotas que dejan arriba con un margen de +2 a Calvià y Martorell. Trabajaremos para regresar a la senda del triunfo y el mejor entretenimiento.