Lo necesitábamos y lo necesitabais. O más bien, en vuestro caso, os lo merecíais. Socios, seguidores y aficionados, clubes y jugadores de todas las categorías, que habéis arropado con vuestra encomiable presencia y aliento este proyecto durante una temporada ilusionante: esta victoria es vuestra. El Made in Menorca recuperamos nuestra mejor versión ante el adversario más cualificado, el líder Martorell, para brindaros un triunfo (85-81) de calidad, con momentos de brillantez –la que nos ha acompañado en el grueso del campeonato- y de agradecimiento exclusivo para fortalecer los cimientos de esta idea común e integradora para el baloncesto insular.
Desde la humilde pretensión –con los errores cometidos y que podamos cometer- de ser la punta de la gran pirámide de la canasta insular construida y consolidada desde hace décadas por los clubes de la Isla. Un nexo de unión, enlace de todas las corrientes, de todas las maneras de entender nuestro deporte, para proyectarlo como un todo competitivo y de promoción de Menorca más allá de nuestras playas y acantilados.
Y, obviamente, la empresa no fue fácil. El rival catalán aterrizó en el ‘Poli’ de Maó con la meta fijada en la victoria que, caso de atraparla, le otorgaría la primera plaza matemática del grupo. Nosotros pisamos el parqué con la baja de última hora del capitán Sergio Muñoz –su atormentada espalda dijo “prou”- y afrontamos la cita con ocho efectivos, de algunos cuya presencia y aportación fue tan meritoria como definitiva para la suerte de la cita.
Pau, ‘Izzy’ Fernández, Isma Seguí, Piedra y Jan, el quinteto de salida. Estreno con triple lateral del eléctrico base de Ferreries. Respuesta de oficio del Martorell: aquí estamos porque hemos venido. Tres triples, un mate de Piedade y un parcial de 0-8 para advertirnos de la que se nos venía encima (6-15). Una canasta antes el técnico Miguel Ángel Hoyo requería de los servicios en pista de Pitu Jiménez y Dani García. ¡Ojo a estos dos! Nos ofrecieron una nueva versión de talento, compromiso, sabiduría y pasión. Menorca, ¡qué suerte tenemos! Fuimos un equipo, por supuesto, pero desde su especial genética para la cosa baloncestística, su lectura cabal de las situaciones límite y de su aportación por momentos mágica. Son auténticos Gran Reserva.
Pitu guardaba cama desde el martes por unas anginas de caballo, pero se levantó para no perderse la última cita de la temporada con vosotros, y ‘Maki’ García ajustó sus obligaciones laborales, aguantó su dolorida y maltrecha muñeca derecha y se apuntó a la fiesta. ¡Y de qué manera! El equipo se conectó al partido y cerramos el primer cuarto metidos de lleno en harina (17-19).
Aportación coral, defensiva y en anotación, para recuperar la desventaja a lo grande. Ataque de fantasía y contundencia, Dani penetra y asiste por la espalda a Jan, que se incorpora por el centro de la zona para hundir el balón en el aro. Fue algo más que el 21-22, fue poner en pie la grada y ensamblar todas las partes para ir a por la victoria. El ‘momento Murillo’ nos puso de nuevo por delante (29-28). Las faltas se acumulaban por ambos bandos: tercera de Morales, Isma Seguí, Pau y Sakho antes del descanso. Falta técnica al entrenador visitante Adrià Alonso, otra a David Jofresa por presunto ‘flopping’. Era más que un partido. Los cinco últimos puntos de Pitu (triple mediante) nos llevan al descanso arriba y con un especial hormigueo en el cuerpo (38-36).
Tras el intermedio, intercambio de triples, pero con un curioso y definitivo punto de inflexión. Dani recibió un fortuito golpe en la rodilla que hizo temer lo peor (43-44). Y ciertamente fue lo peor… para el Martorell. ‘Maki’ desenfundó su versión más certera y en los siguientes 15 minutos y 58 segundos anotó ¡21 puntazos! de los 42 que sumaríamos el Made in Menorca hasta la conclusión del partido. El 50% de la producción. Recital de anotación y asistencias –hermanado con Pitu- que Piedra, Jan y Murillo aprovecharon para llegar al nacimiento del último cuarto con la máxima ventaja (65-51, a 8:53 del final, tras parcial de 10-0).
Por supuesto, el Martorell no se rindió. Cristian Oliva, David Jofresa, Guillem Jou o Jordan Sakho tienen mucho baloncesto en sus manos. Los árbitros también interpretaron que Pitu había simulado un contacto inexistente con el defensor para obtener una falta y se llevó una técnica. El quinteto catalán se colocó a cuatro puntos (72-68, a 3:41). La tercera generación de los Jofresa cuestionó con su acierto el triunfo local, pero entre Dani (triple) y Piedra gestionaron la diferencia desde la línea del tiro libre para atar la decimoquinta victoria de la temporada y la tercera posición ya matemática, a falta de jugar el sábado ante el Mataró de Ibon Miralles, que se jugará escapar de las dos plazas que obligan a jugar la eliminatoria por la permanencia.
107 por 76 fue la diferencia en valoración, no recogida en el marcador final (85-81). Dani (29), Jan (25) y Piedra (20), los que más sumaron entre los diferentes apartados estadísticos. Fiesta, comunión y ovación. Eso fue sin duda lo mejor.
Acabamos la versión local con un buen sabor de boca y el homenaje en esta ocasión al CD Alcázar por su labor formativa y de promoción de baloncesto a nivel local, autonómico y estatal.