Nadie dijo que sería fácil. Ni siquiera cuando el camino hacia la victoria aparece despejado, presuntamente, libre de baches y matojos. En el pabellón Fons de les Creus este maravilloso deporte volvió a pegarnos un tirón de orejas que casi nos cuesta un partido que creímos encarrilado cuando aún quedaba mucho por jugar y enfrente teníamos al Arenys Bàsquet Joventut, un grupo plagado de talento mimado y forjado en la cuna del baloncesto (Badalona), cuya formación y proyección baloncestística incluye en su ADN jamás entregar un partido hasta que retumba el bocinazo final (65-67).
Partido equilibrado en sus primeros dos cuartos, pugnando cada quinteto por imponer sus galones y practicando la alternancia en el electrónico sin ventajas que superaran los cinco puntos. Con un 17-14 se cerró el primer cuarto, volteamos mínimamente a la conclusión del segundo, 33-34 (16-20). Parra, Busquets i Parrado, la penúltima hornada verdinegra que lleva y vive el deporte de la canasta en vena.
El tercer acto parecía iniciarse por los mismos derroteros, hasta que conseguimos ajustar la defensa sobre sus puntos fuertes para adquirir el mando del marcador con regularidad i cierta solvencia. Desde nuestra superioridad en la pintura mantuvimos un tono correcto, que nos permitió hacer saltar por los aires el equilibrio en el tanteador con dos triples en el último minuto (43-55, parcial 10-21).
Hasta el ecuador del cuarto final mantuvimos una distancia de seguridad (8-12 puntos, 49-61, 53-64) que el Arenys dinamitó con dos aciertos desde la línea de 6,75. El quinteto de César Saura se metió en dinámica competitiva (59-64) y nos pilló con la guardia baja. Cuando quisimos reaccionar, el Arenys había firmado un parcial de 10-2 (63-66) y se abría un nuevo “melón” en los últimos sesenta segundos. La tensión por ver quien se adjudicaba la victoria generó más errores que aciertos. Quim Salvans anotó nuestro último punto ante sus excompañeros, el Arenys colocó el 65-67 a falta de 15 segundos pero no logró ir más allá. El repertorio de despropósitos final –hay que reconocerlo- nos favoreció. Salió cara como pudo salir cruz. Final, 65-67 (parcial 22-12).
Y atención a este domingo. Nos visita el Barberà Team Values de Iván Llull, hermano de Sergio, inmerso en una carrera de fondo por evitar la plaza de descenso directo y las dos siguientes que “invitan” a jugar una eliminatoria para mantener la categoría. Otro partidazo a las 12.30 horas. ¡Afición, os esperamos!