El Hestia Menorca supera al Real Murcia con una aportación coral del segundo proyecto en LEB Plata (77-71)

Drew Guebert (Hestia Menorca) ante Whelan (Real Murcia Baloncesto). Fotografía Antxon Castresana.

1.600 almas, ávidas de baloncesto, ansiosas de Hestia Menorca, han acompañado y disfrutado del estreno en Bintaufa del segundo proyecto en la LEB Plata. El equipo de Oriol Pagès se ha alzado con el «Trofeu Illa de Menorca 2019» ante el Real Murcia Baloncesto tras una primera parte igualada, un tercer acto de indudable dominio local (renta máxima de +25) y una desconexión en el cuarto definitivo -propia de la pretemporada- que ha rebajado la ventaja insular hasta los mismos seis puntos con que se había alcanzado el descanso.

Al salto inicial precedió un minuto de silencio en memoria de las víctimas mortales del temporal que ha asolado la península en las últimas horas. Y Murcia se halla entre las zonas más devastadas por esas lluvias torrenciales provocadas por la DANA.

Pitu Jiménez, Adrián Méndez, Alberto Corbacho, Urko Otegi i Duby Okeke han formado en el cinco inicial. El resto de integrantes de la plantilla -hasta once- ha entrado paulatinamente en acción y todos han dejado su huella anotadora en el electrónico. Méndez ha borrado el cero inaugural con un triple, al que respondía Bolte con un enceste de valor dos. El intercambio de golpes dibujaba alternativas en el marcador, hasta que la conexión Méndez-Urko generaba tres situaciones de anotación casi consecutivas. El primer 2+1 de Otegi (forzó hasta tres) elevaba la ventaja hasta un +6 (13-7, parcial 7-1). Convington se estrenaba con una suspensión lateral y de similar factura -lado contrario- cerraba Guebert el cuarto (20-15).

El primer balón hundido por Okeke (un mate, vamos) amortiguó la salida visitante en el segundo acto (22-22). El técnico visitante Rafa Monclova (ex jugador del Inca -entre muchos otros- en sus tiempos de excelente base LEB) empezó a tirar de alternativas zonales para incordiar la propuesta de ataque local. La gestión de los primeros minutos alcanzó a dar la vuelta al marcador con un triple de Ortiz (27-29, a 5:34). Pagès paraba el partido y Guebert, que exhibió parte de su polivalente repertorio, devolvía la cita a la “normalidad” desde los 6,75 (32-31). El partido adquirió mayor acento menorquín (para eso estamos) con dos intervenciones de Raül Timoner, una penetración resuelta a mano cambiada y una suspensión anotada a caballo entre el rectificado y un escorzo. Alcanzamos el entretiempo con el primer triple de Alberto Corbacho y una contra culminada por Guebert, previa asistencia de Xavi Hernández (43-37, parcial 23–22).

Tiempo muerto de Oriol Pagès (Hestia Menorca). Fotografía Antxon Castresana.

La puesta en escena a la vuelta del vestuario fue inmaculada. La pizarra tomó el partido y los jugadores aplicaron las claves defensivas para minimizar el caudal ofensivo del Murcia, apoyado en el dominio del rebote (12 por 20 -9 de ataque- al descanso). Es un secreto a voces. En nuestro deporte, una buena defensa genera un superior ataque. Dicho y hecho. Pese a que por momentos costó controlar las emociones (tercera y cuarta falta personal de Okeke y Covington), la disciplina en pista propia proyectó el acierto local hasta límites insospechados: triples (Serra y Covington), tiros adicionales, el estreno anotador de Pitu entre su habitual repertorio de asistencias… La cosa no acabó ahí. Xavi Hernández encontró su momento (8 puntos, dos triples) y Corbacho acertó con otra desde la esquina de su casa, con indiscutible sello ACB. Entre medias anduvo Bute para anotar su puntito de rigor. Pero la clave estuvo atrás. El Murcia anotó ¡una! canasta en juego en este tercer cuarto y 7 de 10 tiros libres para agotar el periodo con un 68-46 (parcial 25-9).

El alero mallorquín estrenó el último cuarto con otro enceste +3 y la máxima diferencia (71-46, a 9:04). Y entonces nos fuimos del partido. Craso error. El Murcia es un más que respetable rival, que estará seguro al nivel de los mejores esta temporada. La primera canasta de Aramburu, precedida de un triple de Whelan, activó la maquinaria pimentonera y castigó nuestra desconexión defensiva. Oriol Pagès paró el partido con un parcial abierto de 0-9 (73-57). Otegi frenó la sangría con un tiro exterior. Puro espejismo. El quinteto visitante iba lanzado, tras desechar la defensa zonal, y asestó otro golpe de efecto al que llamó 0-12: de 73-48 a 75-69 (2-21), a 1:07 para el final. La gestión de esos últimos segundos no fue más allá de una ida al tiro libre por equipo y la cita concluyó con triunfo y trofeo para el Hestia Menorca y buenas sensaciones de cara al inminente estreno oficial de la temporada en la pista del Girona (sábado día 21, a las 20 horas).

Menorquines por Cataluña… os esperamos!