El Hestia Menorca, empujado por 2.450 espectadores, supera a un Ilerdauto Nissan Pardinyes Lleida perseverante

Pitu Jiménez, dirigiendo frente al CB Pardinyes. Fotografía Antxon castresana

Misión cumplida. Año nuevo y ambientazo en Bintaufa, ¡2.450 espectadores!, que alentaron y proyectaron al Hestia Menorca hasta el primer triunfo de 2020 frente a un Ilerdauto Nissan Pardinyes Lleida obstinado hasta el final en opositar a la victoria, pese a llegar a estar 17 puntos abajo.

El equipo de la capital del Segrià aterrizó en la Isla con las bajas de Lamine Dieng y Pol Domingo; nosotros no pudimos disponer de Urko Otegi. Semejantes ausencias en los respectivos juegos interiores magnificaron el por otra parte destacado potencial de ambas plantillas en el juego de perímetro. ¿La prueba? De los primeros 28 puntos del partido (12-16, su máxima ventaja), 24 fueron producto de 8 triples, 4 por barba. Covington anotó nuestra primera canasta doble para “equilibrar” la apuesta en ataque, efecto que perduró hasta el final del primer cuarto, que cerramos con un 7-0, canasta final de Pitu Jiménez incluida (21-18).

Ajustada la defensa a la propuesta visitante, que implicó jugar durante varios minutos con cuatro “pequeños”, la apertura del segundo acto fue inmejorable. Añadimos 11 puntos consecutivos más a una racha anotadora que se estiró hasta el 18-0 (32-18). En esta dinámica nos mantuvimos hasta estirar la máxima diferencia a 17 puntos (38-21, a 4:41 del descanso), tras un mate de Okeke y un triple de Biel Serra. Pero el equipo dirigido por Gerard Encuentra reformuló su posicionamiento sobre el parqué y mostró el porqué de su estado de forma y los últimos resultados cosechados. El Pardinyes castigó nuestras pérdidas con tres acciones de valor tres -2+1 de Urdiain, triples de Lobaco y Urdiain- para alcanzar el vestuario con el partido abierto: 46-36 (parcial de 25-18).

A la vuelta, el quinteto catalán mantuvo su inspiración para completar un 0-7, desactivado con un triple de Guebert. Sin embargo, la propuesta defensiva catalana mantuvo nuestro cortocircuito ofensivo -que provocó varios errores bajo la canasta- hasta rebajar el electrónico al 49-44. Tiempo muerto de Oriol Pagès. Contuvimos el golpe con un mejorado acierto desde el tiro libre (5/6) y dos nuevos triples de Corbacho y Méndez: 60-49 (parcial de 14-13).

Oriol Pagès en un tiempo muerto. Fotografía Antxon castresana

El intercambio de canastas en el nacimiento del último cuarto benefició nuestra dinámica (62-49, 65-52, 67-54), recuperamos anotación en la pintura y no permitimos que el Pardinyes Lleida rebajara la diferencia más allás de los diez puntos. Superado el ecuador del periodo, una doble técnica puso a prueba el factor pista en la última opción del rival de meterse en el partido (69-57, a 3:37 del final). La respuesta de los 2.450 aficionados fue espectacular. La presión creada en ese momento provocó dos errores desde los 4,60 de Davis, tampoco permitimos que el Pardinyes aprovechara la posesión posterior y el partido languideció hasta el 78-66 final (18-17).

Triunfo y celebración, que culminamos con una imagen y un agradecimiento particularmente motivadores: para Lluís Pons Bosch, uno de nuestros seguidores y amigos más especiales y cuya causa nos impulsa a ofrecer nuestra mejor versión para forjar su mejor sonrisa y fortalecer su coraje y el de todo su entorno. Gràcies Lluís, ets molt gran!

El próximo fin de semana (sábado, 19:30 horas), Arcos Albacete Basket. Otra cita fundamental en nuestro camino por alcanzar el objetivo preferente de esta primera fase.

¡Gracias por vuestra asistencia, ánimo y apoyo!