Javier Zamora comparte sus sensaciones del Campeonato del Mundo de Málaga en la que la selección U17 dirigida por él logró la medalla de plata
Verano de citas internacionales para el baloncesto español y uno de sus protagonistas ha sido Javier Zamora, entrenador de Hestia Menorca. Se cumple una semana desde que la selección española U17 quedó subcampeona en Málaga en una emocionante final disputada contra Estados Unidos, ¿a qué sabe esa plata, Javi?
Ha sido una experiencia inolvidable. Durante más de un mes hicimos del staff y los jugadores una familia que trabajó muy duro y que también soñó como nunca. Sólo puedo tener palabras de agradecimiento para los responsables y trabajadores de la Federación por darme la oportunidad de seguir disfrutando de las selecciones formativas, al staff, a los jugadores y sus familias y a todas las personas que nos han apoyado.
Hemos empezado por el final, volvamos al principio. Después de una temporada intensa en Hestia Menorca, te llaman para que te pongas afrente de la selección, ¿qué piensas?
Bueno, durante todo el año he sabido que me tocaba ponerme al frente de la generación 2005. Llevo muchos años trabajando en la Federación y cada experiencia es igual de especial que el primer día. Es difícil de expresar lo que uno siente en las concentraciones, representando a tu país y compitiendo con los mejores del mundo.
¿Cómo es la preparación y el paso por la Copa del Mundo?
Bueno, la Generación ya viene trabajada de antemano y con un seguimiento exhaustivo por muchos entrenadores y responsables durante las últimas temporadas. Coges el testigo y sigues la línea de lo que nos hemos marcado como objetivos. Ha sido una concentración muy larga y con muchas emociones y, sobre todo, trabajo muy duro.
Regálanos algún detalle especial, o varios, que se te haya quedado grabado de esta nueva experiencia.
Para mi una de las cosas que más especial ha hecho esta Copa del Mundo es jugarla en casa. Nunca había vivido un mundial de formación con un despliegue y una organización así. Vivir una final contra USA con más de ocho mil personas ha sido increíble. Todas las personas del basket, nuestros familiares, amigos en un ambiente mágico.
La Copa del Mundo es el punto y seguido de una trayectoria muy sólida en categorías de formación, ¿cómo han ido evolucionando los jugadores desde que comenzaste a entrenar a estas categorías?¿Qué tienen en común y en qué se diferencian los niños/jóvenede cuándo empezaste de los de ahora?
Bueno, he tenido la suerte de vivir este proceso desde muy abajo y ahora en cuatro años como seleccionador en competiciones oficiales he podido disfrutar de tres finales y me considero un privilegiado por ello. Cada campeonato, cada generación y cada experiencia es diferente. Muchos de esos jugadores con los que empecé en 2008 son ahora personas importantes en mi vida. No ha cambiado mucho el panorama.
En una palabra, ¿cómo ves el futuro del baloncesto español?
Ilusionante.
Y el tuyo próximo, ¿cómo se presenta el verano?
¿En una palabra? Intenso. En varias, creo que vamos a tener muchas sorpresas en las próximas semanas y que espero podamos tener una temporada ilusionante en la que el equipo pueda transmitir ilusión y haga disfrutar con su energía.