El equipo menorquín afronta el tercer duelo de la semana con la motivación de volver a casa y hacerse fuerte ante su público con un triunfo que fortalezca el trabajo del grupo.
“Llegamos sin tiempo prácticamente para lamentarnos”. Así da comienzo Javi Zamora a la rueda de prensa previa a la jornada 11, en la que Hestia Menorca se enfrenta ante otro hueso duro de roer, HLA Alicante, con la mirada puesta en olvidar cuanto antes el resultado del último partido, habiendo extraído de él las conclusiones oportunas, y volver a ver el carácter competitivo del equipo en un nuevo chance de regalarle una alegría a la afición local.
Son sólo “dos días y medio de preparación” los que ha tenido el plantel del técnico madrileño tras el partido de Sevilla, en una semana frenética en la LEB Oro, con 3 partidos en a penas 8 días. En ese corto periodo de tiempo, el cuadro menorquín no ha conseguido sacar adelante los resultados deseados, por lo que el enfrentamiento de este domingo, 3 de diciembre, a las 12:00 horas vuelve a tratarse de una final, como han sido y serán todos los partidos de la entidad insular esta temporada en la categoría.
“Betis hizo un auténtico partidazo y nos sacó del campo, fundamentalmente, en la primera parte. En la segunda, el equipo luchó, se agarró e intentó volver al partido, o acercarse, al menos. Sin embargo, el refuerzo que tenían ellos a nivel mental y de confianza después del acierto de la primera parte, hizo que nos hiciesen aún más daño. Ahora, el equipo está con ganas de trabajar y de encontrar el premio a ese trabajo. No quiero ser recurrente, pero los chicos trabajan muy bien, tienen una ética brutal, son súper profesionales y van a encontrar ese premio, porque se lo merecen”, afirma Zamora.
Para ello, el entrenador y director deportivo del Hestia Menorca no podrá contar con una de sus piezas clave en el ‘roster’, Clevin Hannah, quien se ausentará por unos días por motivos personales: “Le hemos dado unos días de permiso para que pueda acompañar a su familia y estar al lado de los suyos. Él lo necesitaba, lo pidió así y decidimos que era la mejor opción. En este club pues damos bastante importancia a las personas por encima del baloncesto”.
Las incidencias acaban ahí, ya que la enfermería del Pavelló Menorca empieza a vaciarse, con un Pol Molins totalmente recuperado de sus molestias en la cadera, como se pudo ver en los minutos que disputó el pasado miércoles, un Víctor Arteaga que va evolucionando de sus dolencias lumbares y un Eric Demers que ya ha recibido el alta médica después de varios meses parado por su lesión del escafoides y que “está haciendo sus primeros entrenamientos con contacto”.
A todos esos efectivos se une la ya posible participación de Tom Digbeu, quien no había podido debutar aún con el equipo debido a varios documentos que faltaban por concretarse. “A nivel burocrático, está todo listo”, confirma Zamora, por lo que podrá ser de la partida: “Vamos a estar los 13 disponibles. Es un buen momento para que empiece a jugar Eric. Con Tom, el tema es como se encuentre físicamente. De entre todos decidiremos que jugadores se vistan para el partido”.
Enfrente, un HLA Alicante de Antonio Pérez “en línea ascendente”. El último tropiezo frente a Força Lleida no debe servir de referencia, dado que el cuadro alicantino venía de una racha previa de cinco triunfos seguidos plasmando un gran baloncesto, por lo que, en su visita a Menorca, buscarán reencontrarse con esas sensaciones.
“Alicante es un equipo excelentemente trabajado, muy compensado en todas las líneas. Tienen muchas fortalezas a nivel de talento ofensivo, capacidad física, rebote, buena capacidad de abrir el campo y, además, está trabajado para jugar con el corazón. Juegan a un ritmo muy alto, que intenta destruir todos los ‘entries’, llevar la iniciativa en el juego, presionar… Un equipo que va a buscar la victoria, no a ver si se la encuentra”, detalla Zamora.
Las claves del partido pasarán por “cuidar bien el balón, dominar el rebote, tomar buenas decisiones en ataque y seleccionar bien los tiros”. Eso, en la cancha, pero, por supuesto, hay que tener en cuenta también el factor Bintaufa y la presión que ejerce la afición de la Isla en los momentos que más se la necesita.