El Pavelló Menorca explotó de júbilo con un último cuarto brillante, forjado durante el resto del encuentro por una defensa imperiosa sobre Guuk Gipuzkoa Basket.
Bintaufa echaba de menos al baloncesto y el baloncesto echaba de menos a Bintaufa. Una relación recíproca que volvió a verse plasmada en una tarde sensacional del Hestia Menorca tras superar al Guuk Gipuzkoa Basket por 89 a 81 en un partido vistoso, de dos equipos con ambición y que se resolvió con detalles de calidad que desataron la alegría desbordante en las gradas.
Comenzó certero el equipo visitante, con tres triples en apenas tres minutos de juego, mientras que el conjunto de Javi Zamora centró más sus esfuerzos en percutir sobre posiciones interiores, especialmente en el poste y cargando bien el rebote ofensivo para rematar en segundas oportunidades.
En unas distancias que se movían entre los dos y siete puntos en favor de Guuk Gipuzkoa Basket, la segunda unidad menorquina entró con fuerza al partido y con dos cometidos claros: defensa y agresividad de cara al aro. A los esfuerzos de Pol Molins y Diego Alderete, se sumaron los de Álvaro Sanz y Álex Tamayo para frenar los destellos visitantes, especialmente los de Alex Barcello, y castigar con penetraciones, para cerrar el primer asalto tres abajo (21-24).
En los segundos diez minutos de partido siguió la igualdad, la intensidad y las buenas actuaciones individuales, con Molins acaparando la ofensiva y aportando cinco puntos consecutivos, Tom Digbeu estrenando su casillero con canasta y adicional y Oliver Stević junto a Víctor Arteaga sustentando al equipo tanto en la zona rival como en la propia.
Puso la igualada a 38 Clevin Hannah, quien hasta el momento sólo había aparecido con un zarpazo desde 6,75 y lo hacía ahora con el segundo para comenzar a adueñarse de las acciones espectaculares y decisivas del encuentro. En algo más de tres minutos, el base norteamericano fue el único anotador del Hestia, convirtiendo siete puntos cruciales que dejaban a su equipo aferrado al partido; los tres últimos, sobre la bocina del descanso (45-47).
Esa inercia con la que concluyó la mitad parecía prologarse al inicio del tercer cuarto, en el que las canastas tempranas de Stević y a Arteaga ponían por delante a los locales. Sin embargo, Gipuzkoa Basket se tomó ese cambio de liderato como una ofensa personal y sacó a relucir su mejor juego defensivo para robar varios balones y pillar en contras.
Un 0-12 de parcial desequilibraba la contienda momentáneamente en un Pavelló Menorca que nunca se vino abajo y que apretó para dar ánimos en los momentos más comprometidos, haciendo un símil en menor escala de cómo están afrontando la temporada los aficionados menorquines. Con su ayuda desde las tribunas y fondos, el equipo supo volver a encauzar su juego y a acertar en momentos clave, como el segundo triple del partido de Molins, gracias a la lectura de juego de los veteranos.
La distancia se redujo con la revolución del parcial, 7-0 para quedarse a tres, mientras ambos equipos seguían intercambiando golpes posteriormente a esa vuelta a la paridad. Así pues, la moneda quedaba flotando en el cielo de Bintaufa cuando se enfrentaba el último cuarto en el que se vería de que lado saldría cara, como ya pasó en el partido de ida, aunque con resultado inverso (62-66).
Desenlace feliz, y en grandes cantidades, para los insulares, y no sin sufrimiento. Los de Mikel Odriozola se iban al +8 nada más restarse minuto y medio al crono del último periodo, justo antes de que aparecieran dos colosos y dejaran su momento de gloria y superioridad en la pista.
El primero en aparecer fue Víctor Arteaga, quien ya había controlado las altitudes durante todo el partido, pero que consiguió elevar su despliegue a otro nivel con 14 rebotes, 6 en esos últimos minutos del encuentro y 5 de ellos, en ataque, para poder añadir, por si fuera poco, 12 puntos más a su casillero, que estaba en 6 hasta el momento.
Y para el espectáculo de pirotecnia final, Clevin Hannah, quien deleitó a todos los asistentes con una exhibición de habilidad y tiro en 210 segundos de puro éxtasis. Otros doce puntos, con dos triples incontestables y que sirvieron de estocada suficiente para anular las ideas de Gipuzkoa, para finalmente asestar el golpe de la victoria con un nuevo tiro de tres definitivo al cierre.
Triunfo de mucha importancia y que recompensa la tenacidad y el esfuerzo, no sólo de este partido de vuelta, sino también del que se hizo en Donostia a pesar de la derrota, e inyecta al Hestia y a los simpatizantes del equipo menorquín mucha ilusión y optimismo de cara a afrontar los doce últimos enfrentamientos del curso.
FICHA TÉCNICA
HESTIA MENORCA (89): Clevin Hannah (25), Pol Molins (13), Diego Alderete (2), Oliver Stević (16), Víctor Arteaga (18) — Álvaro Sanz (4), Omar Lo (-), Emil Stoilov (5), Eric Demers (-), Pablo Suárez (-), Tom Digbeu (3), Álex Tamayo (3).
GUUK GIPUZKOA BASKET (81): Xabi Oroz (4), Alex Barcello (10), Mads Stürup (3), Josip Vrankić (16), Iván Aurrecoechea (23) — Mikel Motos (-), Manex Ansorregui (7), Ander Martínez (4), Aleksandar Marcius (6), Pavel Savkov (8).