Después del éxito del ascenso, el Club se consolida en la segunda categoría del baloncesto español tras una segunda vuelta espectacular

Con la competición cerrada tras los Playoffs de ascenso que han convertido el ICG Força Lleida en nuevo equipo de la Liga Endesa, llega el momento de hacer balance. Ha pasado poco más de un año de ese 20 de mayo de 2023 en el que se consumaba el sueño de Menorca de volver a tener un equipo en la élite del baloncesto español. Un reto, también cumplido, hace ya mes y medio con el objetivo de la permanencia logrado, por lo que se puede decir que la Isla volverá a estar un año más en la misma categoría, aunque con diferente nomenclatura: Primera FEB.

Llega la LEB Oro

Con el plus de la promoción, reflejada en un documental propio, ya estrenado en las redes sociales del Club y también disponible en IB3 a la carta, el Club puso en marcha a principios de verano una campaña de abonados de récord. Se abonaron más de 1.300 personas ya a principios de temporada, todas expectantes ante un nuevo curso repleto de ilusión e incertidumbre ante lo desconocido, tuvieron la seguridad de reencontrarse un proyecto deportivo con caras distinguidas.

La totalidad del cuerpo técnico y del equipo biomédico amplió un año más su compromiso con el proyecto sumando una nueva pieza al scouting, la de David Pons. Sumada a las de Javi Zamora, Javier García Panizo, Lipe Cristóbal y Héctor Durán, más Adán Febrer, Toño Gómez de Tejada, Toni Gómenz Arbona y Jaume Borrás, lo único que faltaba era concretar una plantilla que dio también continuidad a buena parte de sus efectivos.

El Hestia Menorca comenzó la pretemporada con ocho renovaciones del equipo que había ascendido meses atrás a LEB Oro y la llegada de cuatro jugadores importantes. Víctor Arteaga y Clevin Hannah, como estandartes de experiencia y calidad, la juventud y versatilidad de un Omar Lo que había destacado en LEB Plata y Eric Demers, clara apuesta por un tirador leyenda de la NCAA. 

Además, la sinergia entre equipos de la Isla se materializa con el acuerdo entre Hestia y CB Es Castell por el que Javi Rodríguez se convierte en jugador vinculado a ambos equipos, con lo que el grupo de trabajo de Zamora crece en efectivos para preparar una apasionante puesta a punto concentrada en mes y medio.

Pretemporada

El punto de partida lo puso una vez más el Torneo ‘Ciutat de Maó’ más internacional hasta la fecha, con una edición repleta de equipos ilustres, como el Valencia Basket, combinado de Euroliga, más la novedad en la participación del Ratiopharm Ulm, campeón de la liga alemana y equipo de Eurocup, competición que ese año acabó ganando el último participante del torneo de verano y repetidor por tercer año consecutivo, Dreamland Gran Canaria. 

El Pavelló Menorca volvió a acoger durante dos días de competición a los mejores jugadores del panorama europeo para así reglarle a la afición local una nueva oportunidad de vislumbrar el máximo nivel posible de baloncesto en el entorno de un paisaje mágico rodeado de competitividad y respeto.

Valencia Basket consiguió alzarse con el título al superar en la final al cuadro canario, mientras que el Hestia estuvo cerca de conseguir un tercer puesto que terminaron llevándose los germanos. No obstante, los dos encuentros en días consecutivos sirvieron para ver al Hestia evolucionar, incluso dentro del transcurso del propio torneo.

Las siguientes semanas combinaron mucha carga de trabajo con partidos durante los fines de semana. Primero, en el ya recurrente amistoso de cada verano frente a Sa Tintina Es Castell, a la semana siguiente con otros dos partidos del Trofeu AON Illes Balears en Sant Antoni de Portmany, donde el cuadro menorquín acabó perdiendo en la final ante Palmer Basket Mallorca, para una semana después volverse a enfrentar a los mallorquines en Bintaufa y resarcirse con una gran actuación que ponía el cierre a los preparativos y daba inicio al fuego real.

MenORca arranca con fuerza

A comienzos de octubre, al estreno sólo le faltó una victoria para que fuera ideal. Un Bintaufa exaltado y con el ambiente de las citas importantes acudió en masa al debut contra el decano de la competición, Melilla Ciudad del Deporte. Sin embargo, el apoyo y la intensidad del pabellón ya se hicieron evidentes desde ese primer día y fueron claves en los dos siguientes encuentros domésticos.

El 21 de noviembre de 2023 también quedará guardado para la posteridad como la fecha del primer triunfo de la historia del club insular en la LEB Oro, ante un Amics Castelló que visitaba la Isla junto a su capitán, Joan Faner, menorquín de cuna y quien antes del partido tuvo un recibimiento especial con un homenaje realizado en conjunto por su equipo de formación, CB Boscos, y el Hestia.

Una semana y media después, la acción volvió al Pavelló Menorca con la quinta jornada del campeonato, en la que los de Javi Zamora recibían al equipo récord en puntuación y primer clasificado de la tabla, Bàsquet Coruña, para asestarle un golpe inesperado y certero que desencadenaba el éxtasis en la Isla y las reacciones a nivel nacional de una hazaña sorprendente que se repetiría más adelante contra otros equipos y proyectos llamados a hacer cosas grandes este curso.

Un bache que se afronta con trabajo

Durante las siguientes seis jornadas, el equipo pasó por un periodo duro, con un calendario muy exigente que no le permitió conseguir los resultados deseados. Guuk Gipuzkoa Basket arrebató en San Sebastián una victoria tremendamente peleada y que hubiera merecido el Hestia, mientras que Longevida San Pablo Burgos salía de Bintaufa sufriendo hasta el final para llevarse el premio.

Dos rivales ex ACB que se unían a los otros cuatro a los que tuvo que hacer frente consecutivamente el cuadro de Javi Zamora: Club Ourense Baloncesto, Movistar Estudiantes, Real Betis Baloncesto y HLA Alicante. Muy poca recompensa para el mucho esfuerzo y trabajo que se vivía en el día a día de jugadores, staff y resto de la entidad, pero que pronto vería cómo el barco daba un golpe de timón.

Posteriormente a la incorporación de Jacob Grandison, Oliver Stević se acercaba a la órbita del Hestia para aportar temporalmente su experiencia, conocimientos y profesionalidad al grupo de entrenamientos, justo en la semana previa a conseguir revertir la situación con la primera victoria fuera de casa del curso.

La permanencia es posible

En la duodécima jornada se rompe el mal fario con una espectacular victoria en Pumarín que reflota el ánimo y la convicción de todos por conseguir el objetivo de la temporada: mantenerse un año más en el campeonato.

Tras dos derrotas dolorosas, una con la opción de ganar en la última jugada ante Grupo Ureta Tizona Burgos, y la otra, tras un mal partido en Torrelavega, el tramo navideño se convertía en vital y decisivo para las aspiraciones de los menorquines, que respondieron de la mejor manera tanto en la cancha como en la tribuna.

La magia de Bintaufa se juntó con la propia de las fechas para conseguir el cuarto triunfo de la temporada frente a Cáceres Patrimonio de la Humanidad y dar impulso de cara a una siguiente jornada consecutiva en casa con resultado muy similar al que se vivió en la jornada 13 frente a Tizona, pero que no empañó la dinámica excepcional del grupo de Javi Zamora de cara al siguiente duelo en Fuenlabrada.

Los menorquines asaltaron el Fernando Martín en la última jornada de la primera vuelta contra un recién descendido de la Liga Endesa, en un partido vibrante y en el que se consolidó la fortaleza colectiva. Ese triunfo colocaba a los insulares fuera del descenso, dando un aviso contundente de que el Hestia Menorca seguía muy vivo y con ganas de seguir compitiendo cada choque hasta conseguir su propósito.

En proyección ascendente

Después del Baloncesto Fuenlabrada, Alimerka Oviedo y COB fueron las siguientes presas de un Hestia en sincronía y sintonía. Tres victorias seguidas y cuatro de las últimas cinco. Un balance muy bueno para afrontar de nuevo un tramo lleno de gigantes a los que plantar cara.

El primero fue Estudiantes, que no consiguió despegarse en el marcador, hasta el punto de sentir la presión del Hestia y Bintaufa desde el salto inicial a la bocina final. Posteriormente, por tierras burgalesas, la visita al Coliseum se saldó con victoria abultada en una noche de máximo acierto para los locales. Un cierre de mes menos prolífico pero lleno de razones por las que mantener la ilusión y empujar para un nuevo periodo clave.

Marzo fue sin duda el momento cumbre. El mejor estado de forma del equipo se vio recompensado con dos soberbias actuaciones en casa ante GBC y UEMC Real Valladolid Baloncesto con las que sorprender de nuevo a una LEB Oro tremendamente competitiva e imprevisible, ya que entre medias de esas dos victorias, los menorquines acariciaron un nuevo triunfo en Alicante, que se esfumó en un último cuarto soberbio de los locales.

Un ciclo muy competitivo por parte del Hestia, frente a adversarios de mucha envergadura, que se tenía que refrendar a continuación contra los rivales directos de la zona baja: Cáceres, Cantabria, Rioverde Clavijo, Melilla y Castelló.

La salvación se hace realidad

Llega el periodo más bonito y a la vez más tenso del año, al que el Hestia llega con 9 victorias, tres por encima del descenso, y no puede empezar con peores noticias. El viaje a la capital extremeña se hace pesado con la acumulación de partidos de las últimas jornadas con partidos entre semana y los cacereños ganan ese asalto por la permanencia.

Aún quedaban más oportunidades y el Hestia no iba a fallar en ninguna de ellas. Grupo Alega Cantabria se hizo eco de la magnitud de la atmósfera de Bintaufa en la jornada 26 en una segunda parte excelsa en la que toda la Isla empujó para conseguir una décima victoria de aliento y fuerza.

Con mucha más tensión se vivió la reedición del ascenso a LEB Oro del año pasado entre Hestia y Clavijo, después del desplazamiento en Semana Santa a Coruña con derrota. Por un punto y con todos los aficionados de ambos equipos con el corazón en un puño en el tiro definitivo, el cual acabó saliéndose para los visitantes, certificando la undécima victoria de los isleños, cada vez más cerca del objetivo.

Aún quedaban dos duelos a vida o muerte en apenas cuatro días y ambos a domicilio. La ciudad autónoma de Melilla como primer destino, donde se asistió a un auténtico recital en ambos aros con el que recuperar el average particular de la ida y sellar virtualmente la permanencia, culminada en una prórroga de infarto en Castellón que servía para dar rienda suelta a las celebraciones, coincidiendo con el centenario de Javi Zamora al frente del equipo.

A sueño cumplido, nueva aspiración

El trabajo estaba hecho a falta de cuatro jornadas del final, pero se abría otra posibilidad: entrar en los PlayOffs de ascenso a ACB. Remota y no exenta de dificultad, pero que se convertiría en el nuevo sueño de Menorca.

Una pelea, principalmente a tres, que tendría como escenario clave una vez más las instalaciones del feudo menorquín. Fuenlabrada y Betis, ambos recién llegados a la competición procedentes de la ACB, tenían que visitar Bintaufa con el triple empate a 13 victorias y una única plaza en juego.

Los primeros, los madrileños, en una oda al baloncesto que acabó decidiéndose en la última posesión en favor de los visitantes. Junto a la victoria de Betis en Gipuzkoa y un average muy desfavorable para los menorquines, las opciones parecían esfumarse. Sin embargo, un nuevo giro de guion estaba por llegar.

Esta vez, la segunda visita a Burgos tuvo magníficas consecuencias, con la decimocuarta de la temporada en el bolsillo, asaltando El Plantío, cosa que sólo habían logrado dos equipos en la temporada. El Hestia se volvía casa con la victoria frente a Tizona en el bolsillo y volviendo a estar metido en la pelea, aunque para ello, todo pasaba por ganar a los verdiblancos en el Pavelló.

Esa premisa no se pudo dar, en una semana de muchas bajas sensibles para los locales y coincidiendo con una versión avasalladora de los sevillanos, quienes al final acabaron en esa novena plaza que daba acceso a la post-temporada. No por ello decayó el ánimo, con un Bintaufa vibrante una tarde más que quiso despedirse de su equipo hasta la siguiente temporada con la mayor ovación de la campaña antes de terminar en Lleida con un partido sin nada en juego.