Luís Scola, director ejecutivo de Pallacanestro Varese, comparte unas breves reflexiones sobre su brillante trayectoria

Desde una sencillez y una cercanía tan grandes como su envergadura (2.06 m), Luís Alberto Scola (Buenos Aires, 1980) nos atiende a pie de pista en Bintaufa, justo al término del entrenamiento del Pallacanestro Varese, club del que es director ejecutivo. Jugador profesional de baloncesto durante 26 temporadas repartidas entre Argentina, España, China, Italia y Estados Unidos, su palmarés, trufado de títulos -entre ellos un oro olímpico con la llamada “generación dorada”- y de récords, como el de segundo máximo anotador en la historia de los mundiales FIBA, impresiona. No es extraño, por tanto, la segunda palabra que le viene a la cabeza cuando se le pide que resuma en una palabra su trayectoria.

LS.- Difícil, resumirlo en una palabra es difícil -reflexiona concentrado-. Diría, orgullo- añade- por no dejarte sin contestación.

HM.- ¿Y en más palabras?

LS.- Creo que orgullo describe lo que representa parte de mi carrera para mí. Ahora aquí está mi hijo, y juegan jugadores muy jóvenes. Cuando los veo, cuando miro para atrás, me reflejo en este espejo y veo un montón de sueños que quería lograr y los logré todos.

HM.- Sueños en equipos de diferentes países, pero también con la selección argentina. ¿Es muy diferente jugar en unos u otra?

LS.- Es muy diferente y a la vez lo mismo. La selección es como una constante. Eres argentino y eso no cambia, el club no tiene esa continuidad y por eso el sentido de pertenencia es mucho más difícil de lograr. En la selección este sentido ya te viene de origen y lo vas alimentando con diferentes experiencias, la familia, la cultura. Sin embargo, es lo mimo y yo siempre he puesto mucho énfasis en tratar las cosas de la misma manera. Puedes estar más o menos contento, estar en un mejor o peor momento, pero, al final, el aproach no tiene que cambiar, siempre he defendido que hay que estar en el club y la selección con el mismo nivel de profesionalismo.

HM.- De su paso por la selección le queda, entre otras cosas, el haber sido parte de la “generación dorada”. ¿Qué opinión le merece esta etiqueta?

LS.- Pues esta es buena porque viene desde el cariño y el amor que nos da el país, aunque las etiquetas son siempre un poco ahora, ya está pasó, va a quedar en nuestra historia pero nuevas historias crean nuevos mitos que van tapando todo un poco.

HM.- Se ha referido a diferentes equipos, ¿es mejor dejar o ser dejado?

LS.- Las dos cosas son parte de esta profesión. El peor escenario es cuando uno se quiere quedar y el club quiere que uno se vaya, eso es lo difícil. Si los dos quieren acabar, esto es sencillo, y si el club quiere que te quedes y tú no, pues tampoco es fácil, pero es diferente porque que te quieran siempre es bueno.

HM.- Después de una gran carrera profesional en la pista se ha pasado a la dirección. ¿Es mejor la pista o el despacho?

LS.- No estoy muy seguro de qué es mejor pero sí que es más aburrido. Jugar al baloncesto era muy divertido y esto no es jugar aunque haya jugadores, una cancha, camisetas… Es aburrido aún no siéndolo.

HM.- Ya que hablamos, cuál sería su recuerdo más divertido y el más aburrido.

LS.- El más divertido, las victorias, lo aburrido, quererte quedar en un lugar y no poder. Eso me afectaba más que las derrotas.

HM.- Y en el capítulo de recuerdos, ¿hay alguno para Menorca?

LS.- Nosotros ascendimos acá, en Menorca. Era mi primer año en España con el Gijón y ganamos aquí el tercer partido en una cancha pequeña, como de amigos, estaba llena de gente y hacía calor. Fue importante para mí porque yo era extranjero y era muy difícil jugar aquí, yo pensaba que si ascendíamos podría jugar en la ACB y así fue.

HM.- ¿Ha cambiado el baloncesto en todo este tiempo?

Mucho, muchísimo. Es otra manera de jugar, otro estilo, los jugadores son más técnicos, más físicos, tiran mejor, saltan más, son más talentosos. Vemos cosas que pensábamos que no se podían hacer, que creíamos imposibles. Luego lo que ves en la pista te podrá gustar más o menos, es un argumento técnico, no estético. Técnicamente todo es tan diferente, se tendrían que reescribir todos los libros porque están basados en estándares desfasados. Además están todas las herramientas de medición lo que hace que el crecimiento sea exponencial.

HM.- Volviendo al presente, ¿qué espera del Hestia Menorca Openjobmetis Varese?

LS.- Un partido bueno de pretemporada. Espero que juguemos bien y que sea una fiesta. Nos gusta que nos hayan invitado, me ha sorprendido el estadio y el Real Madrid le da un nombre importante al este torneo.

HM.- Y el Varese

LS.- El Varese también (sonrisa).

HM.- Finalmente, hay algo que debería haber preguntado y he obviado.

LS.- Pues más que a mí, yo lo que preguntaría es si hay alguien que recuerde aquel día del 99 en el que jugué aquí, y qué recuerdo tiene de ese día. Estaría bien.