Un Monbus Obradoiro reforzado y en sintonía pone a prueba la ambición de los menorquines en el Fontes do Sar.
Con paso firme y sabiendo afrontar las piedras que aparecen en el camino, el Hestia Menorca se embarca en una travesía alternativa al tradicional peregrinaje hasta Santiago de Compostela. Desde la Isla a la capital gallega, varios vuelos y horas de viaje separan a los hombres de Javi Zamora de otro reto mental, en una nueva jornada entre semana, con el que reforzar la identidad y las creencias del grupo.
Este miércoles, 12 de marzo, a partir de las 20:30 horas, el Multiusos Fontes do Sar se convertirá en el santuario de los menorquines en la primera visita de su historia a esta ciudad Patrimonio de la Humanidad, quienes intentarán hacer frente a uno de los clubes más emblemáticos en esta edición de Primera FEB y con un aura de grandeza especial, como es Monbus Obradoiro.
“Hemos tenido a penas un par de días de entrenamiento para preparar un nuevo partido también se antoja muy duro, contra uno de los ‘rosters’ más competitivos de la liga, desplegando un juego sensacional, encontrando equilibrio entre posiciones y tanto en registros ofensivos como en situaciones defensivas en las que se les ve cada vez más sólidos, preparando su final de temporada con un objetivo claro, que es el de volver a la ACB”, confiesa el técnico del Hestia.
Haciendo uso de su propio topónimo, Compostela, el cuadro gallego cuenta con un ‘campo de estrellas’ por plantilla, con una cantidad descomunal de nombres de peso a las órdenes de Félix Alonso. Y es que, a pesar de que su situación en la tabla no es la ideal para poder ser considerado un aspirante claro al ascenso, Obradoiro es sin duda “el equipo más largo en cuanto a rotación”, según apunta Zamora: “En la liga hay grandísimas plantillas con mucho talento, pero ellos cuentan con una que no nota la rotación”.
A eso se le suma el poder de la afición local y de su pabellón como báculo incondicional y primordial del proyecto, para hacer aún más compleja la posibilidad de cumplir con la tarea encomendada. No obstante, el Hestia ya ha demostrado tener el poder de conseguir “milagros” a domicilio, como el último, en Ourense, a escasos quilómetros del siguiente objetivo.
Para ello, el entrenador madrileño ha realizado su concilio particular rodeado de su equipo para invocar los dogmas que han funcionado, tanto desde el génesis del curso como aquellos conceptos de los últimos encuentros que han permitido un juego coral aunque sin premio.
“Es un reto arduo y muy complicado, pero tenemos un compromiso claro. Todos los jugadores saben cuál es el objetivo desde los primeros días de pretemporada y tenemos que intentar seguir en esa misma línea. Hay que saber también disfrutar de este nivel de baloncesto, de estos rivales y clubes históricos con los que tenemos la oportunidad de competir, sin perder la ambición y la fuerza como proyecto para intentar sacar cada partido” alude Zamora.
Manteniendo los valores y la fe para intentar conseguir una décima victoria que sería una bendición y ofrenda venerada por todos los seguidores insulares, además de la confirmación que este Hestia está en camino, yendo y volviendo de Santiago.