El Hestia Menorca se impone ante un buen Gijón al que los otros resultados le condenan al descenso (72-80)
El Hestia Menorca cerró su primera temporada en LEB Plata ganando en la cancha de un Gijón que, además de perder, acaba condenado al descenso tras los resultados de los otros equipos implicados. Fue un partido raro, con una primera parte muy buena de los menorquines que vieron como los locales, más necesitados, firmaron un gran segundo tiempo en el que llegó a empatar el duelo pero que acabó cediendo en los instantes finales. Fantástica carta de despedida de Pack, mejor jugador del duelo, junto al local Saul Blanco, ex ACB, que mantuvo a los suyos en el duelo a golpe de triple.
El partido arrancó como mejor le sienta al Hestia Menorca, con un tanteo corto y más acertado que un Gijón al que los nervios y la necesidad de ganar y quedar a la expectativa les condicionaba en exceso. En tres minutos el buen hacer menorquín le puso en franca ventaja (2-8). Como si de una losa se tratara, el conjunto local se pasó cuatro minutos sin anotar con ataques sin fortuna mientras el Menorca alcanzaba la máxima ventaja merced a un triple de Méndez que colocaba el 2-13 y con Jan y Mati anotando con facilidad -14 puntos suyos en este cuarto-. Ahí despertó el Gijón para acercarse hasta el 13-19 cuando Xavi Hernández y Kimbrough tuvieron sus más y sus menos. Al final, 15-23.
Con el inicio del segundo cuarto el Menorca alcanzó el +10 (16-26). Los hombres de Oriol Pagès se sentían cómodos y se beneficiaban de la falta de acierto local por momentos muy intimidado por Okeke, el rey de la pintura. Un triple de Méndez colocaba el 18-33 para desesperación del Pabellón Presidente Adolfo Suárez. El técnico local, Nacho Galán, detuvo el juego para buscar una nueva táctica que le diera opción. En la pizarra no surtió porque el Menorca se marchó hasta el 22-39 a 120 segundos para el descanso, mientras la afición local animaba a los suyos. Okeke hundió un mate que hizo temblar el recinto mientras Pagès repartía minutos entre todos los jugadores, dando entrada a Llufriu. Pack, desde 6,75 ponía el 26-44, merodeando el +20, pero un arreón final local con un triple sobre la bocina de Kimsbrough redució la ventaja hasta el 31-44.
Los resultados de los otros partidos ponían la permanencia en bandeja al Gijón que salió mucho mejor tras el descanso poniéndose 39-48 gracias a un triple de Saul Blanco. En esa acción Xavi Hernández recibió un golpe que puso en vilo a todo el pabellón puesto que por momentos no reaccionaba. Fueron unos minutos tensos y el jugador tuvo que abandonar la pista con collarín y en camilla, tras ser valorado por el médico del equipo el doctor Antonio Gómez de Tejada. La baja de Xavi dejó tocada a la plantilla menorquina aunque sin dejar de perder la mirada en el partido. El Gijón, con Blanco y Kimsbrough inspirados en el tiro exterior, mantenían a su equipo mientras el Menorca administraba la ventaja a partir de la figura de Pack. El último suspiro del cuarto se cerró con un duelo de pistoleros desde 6.75. Lo abrió Pack, contestó Blanco, devolvió Méndez, Saul respondió de inmediato -23 puntos hasta ese momento- y, sobre la bocina Méndez cerró un minuto espectacular para dejar el 57-67.
El cuarto acto empezó con la mejor noticia posible, el regreso de Xavi Hernández al banquillo por su propio pie. La mejoría local iba creciendo en el tramo final mientras el Menorca se atascaba en ataque. Pasados cinco minutos el 10-4 (67-71) daba vida al Gijón y Oriol Pagès devolvía a Miso, Mati y Jan a la pintura, momento que aprovechaba el entrenador local para detener el duelo. Pareció cerrarse el aro para el Menorca que veía como los tiros de Miso eran escupidos una y otra vez hacia las manos asturianas. Con el 69-71 fue Pagès el que pidió tiempo. Dos tiros libres de Osayambe empataron el duelo a 71 con dos minutos por jugarse. Mati puso de nuevo al Menorca por delante, primero con una canasta y luego con dos tiros libres que puso el +4 para los menorquines (71-75). En el momento más importante le tembló el pulso al Gijón, sabedores de que los otros resultados le condenaban al descenso. Miso, desde 6,75, sentenció el duelo en un pabellón enmudecido. Al final, 72-80.